, Estructuración patrimonial: cómo blindar los activos y evitar su bloqueo en la sucesión

Estructuración patrimonial: cómo blindar los activos y evitar su bloqueo en la sucesión

«La conocida ‘regla de las tres generaciones’ sostiene que la mayoría de las empresas familiares no llega con vida a la tercera generación», esto es, si logra llegar a la segunda…

El semáforo rojo en Centroamérica

  • Guatemala: El banco bloquea las cuentas de inmediato; solo libera luego de seis meses o al presentar la declaratoria de herederos. La espera puede extenderse considerablemente si surgen disputas entre herederos o si la documentación está incompleta.
  • Honduras: El juicio sucesorio —notarial o judicial— suele tardar entre 3 y 5 meses en el mejor de los casos. Durante ese tiempo las cuentas permanecen congeladas y cualquier transacción comercial significativa requiere autorización judicial previa.
  • El Salvador: Las diligencias de aceptación de herencia se resuelven, en el mejor escenario, entre 3 y 6 meses si no hay conflictos. Cuando aparecen herederos no contemplados o se cuestiona la validez del testamento, el proceso puede duplicarse fácilmente.
  • Nicaragua: Sin la resolución de declaratoria de herederos ningún heredero puede tocar los bienes; todo queda en limbo jurídico. Los bancos adoptan una postura extremadamente conservadora y prefieren mantener las cuentas inmóviles antes que asumir riesgos legales.
  • Costa Rica: Vía notarial —con herederos de acuerdo y sin menores de edad involucrados— el trámite ronda los 3 meses. En tribunales puede alargarse hasta dos años, especialmente si hay propiedades en zonas marítimas o terrenos con problemas de titulación.
  • Panamá: Sucesiones testadas o intestadas toman entre 4 y 8 meses en Ciudad de Panamá; hasta 36 meses en juzgados del interior. El juez no levanta el bloqueo hasta dictar el acta definitiva, sin excepciones.

República Dominicana: el obstáculo se llama Determinación de Herederos

Aquí la situación es particularmente compleja. El patrimonio del causante queda fuera de circulación desde el minuto cero: bancos y registros paralizan operaciones hasta que los herederos obtengan el acto de Determinación de Herederos, liquiden el impuesto sucesoral y presenten la carta de liberación de la DGII.

El plazo oficial para la declaración es de 90 días, prorrogable por otros 90, pero en la práctica suele tomar mucho más tiempo. Mientras tanto, las cuentas están bloqueadas y la empresa pierde pulso operativo día tras día. Los empleados empiezan a buscar otras opciones, los clientes se impacientan y los proveedores exigen garantías adicionales.

Imaginemos empresas sólidas que pueden tambalearse no por problemas de mercado, sino por esta parálisis administrativa. Una constructora con varios proyectos en marcha y decenas de empleados podría casi zozobrar porque no puede acceder a sus cuentas para pagar la nómina. Los trabajadores podrían iniciar acciones, lo cual supondría un reto adicional en sí mismo, y tres proyectos importantes podrían cancelarse.

La vacuna corporativa que funciona

Afortunadamente, existe una combinación de herramientas que actúa como un verdadero cortafuegos contra este riesgo:

  1. Holding + fideicomiso bajo la Ley 189-11

Esta estructura separa inteligentemente la propiedad del control operativo. El fideicomiso se convierte en accionista mayoritario del holding que posee la empresa operativa. Al morir el fundador, la administración sigue en manos del fiduciario: nómina y proveedores se pagan sin interrupciones, los contratos siguen vigentes y las decisiones estratégicas no quedan en el aire.

La ventaja clave es que el fideicomiso «no muere» — es una entidad jurídica independiente que continúa funcionando mientras se resuelve la sucesión. Los bancos no pueden congelar sus cuentas porque el titular sigue existiendo legalmente.

  1. Pacto de accionistas con cláusulas de sucesión

Este documento define con precisión quién vota las acciones en caso de fallecimiento, cómo se reemplazan los directores y qué mayorías se necesitan para decisiones de emergencia. Evita que las asambleas queden bloqueadas por desavenencias familiares o vacíos de representación.

El pacto también establece mecanismos de valuación previa de las participaciones, lo que elimina una fuente común de conflictos entre herederos. Todo queda establecido en tiempos de calma, cuando las emociones no nublan el juicio comercial.

  1. Protocolo familiar: la constitución del clan

Es mucho más que un documento decorativo. El protocolo familiar define roles específicos, reglas claras de ingreso y salida de familiares en la empresa, estructura de juntas de familia y mecanismos efectivos de resolución de conflictos.

Incluye aspectos aparentemente menores pero cruciales: ¿pueden trabajar cónyuges de los herederos? ¿Cómo se evalúa el desempeño de un familiar en un puesto directivo? ¿Qué pasa si un heredero quiere vender su participación? Tener estas conversaciones antes de que sean urgentes marca la diferencia entre una transición ordenada y un caos familiar.

Cuando la previsión marca la diferencia

Consideremos un escenario hipotético: una familia comerciante decide implementar esta estructura completa. El costo total representa menos del 2% de los activos familiares, pero su valor queda demostrado cuando menos se espera.

Supongamos que el patriarca muere repentinamente de un infarto mientras supervisa una entrega en una de sus cinco sucursales. Es un viernes por la tarde. El lunes siguiente, si tuviera la estructura adecuada, todos sus empleados cobrarían puntual, los proveedores recibirían sus pagos programados y ni un solo cliente notaría irregularidad alguna en el servicio.

Los números en este escenario hablarían por sí solos: cero días de paralización operativa, cero conflictos entre los cuatro herederos y cero pérdida de participación de mercado. Seis meses después, cuando finalmente se resolvería la sucesión formal, la empresa estaría más saludable que nunca y habría incluso abierto una nueva sucursal.

Contrastemos esto con el escenario opuesto: una empresa competidora cuyo fundador muere sin haber estructurado nada. En este caso, podrían tardar entre 14 y 18 meses en resolver la herencia, un plazo que no lo sobrevive ninguna empresa en un sector medianamente competitivo.

No esperes a que el semáforo cambie a rojo

Si estás al mando de la segunda generación, tu mejor legado no es solo un negocio próspero, sino un diseño jurídico que mantenga la empresa respirando aun cuando tú no estés. Si ya eres parte de la tercera generación, probablemente has visto de cerca los riesgos de no planificar estas transiciones.

La realidad es cruda pero inevitable: todos vamos a morir, pero no todos vamos a dejar un legado que trascienda. La diferencia no la marca el tamaño del patrimonio, sino la calidad de la planificación.

No se trata de pesimismo ni de pensar en escenarios macabros. Se trata de responsabilidad empresarial y amor familiar. Cada día que pospones esta estructuración es un día más en que tu empresa y tu familia están expuestas a un riesgo completamente evitable.

Agenda una consulta con nuestro equipo y empecemos hoy mismo a blindar el patrimonio familiar. Porque proteger tu empresa no es solo una decisión financiera: es un acto de amor hacia quienes te siguen, hacia los empleados que dependen de esos salarios y hacia la comunidad que se beneficia de la continuidad de tu negocio.

La pregunta no es si vas a necesitar esta estructura. La pregunta es si la vas a tener lista cuando la necesites.

Para mayor información o consulta contáctanos por info@central-law.com

Alfonso Lomba

República Dominicana

Este contenido es meramente informativo no es ni puede ser interpretado como una asesoría legal de su autor ni de CENTRAL LAW.

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