La certeza jurídica es un derecho fundamental en cualquier sistema legal y desempeña un papel crucial en la estabilidad y el funcionamiento adecuado de un Estado.
La certeza jurídica se refiere a la predictibilidad y estabilidad de las normas legales en un sistema jurídico, e implica que las leyes y regulaciones sea claras, estables y aplicadas de manera uniforme ya que cuando existe certeza jurídica en un país, los administrados pueden comprender y predecir las consecuencias legales de sus acciones y decisiones.
La certeza jurídica es muy importante para la protección de los derechos y libertades individuales debido a que en un sistema legal cuando las leyes son claras y predecibles, las personas pueden confiar en que sus derechos serán respetados y protegidos, y de esta manera se fomenta confianza para las contrataciones locales ya que se promueve un sistema legal que vela por un entorno justo y equitativo.
La certeza jurídica también es muy importante para la estabilidad y desarrollo económico porque atrae inversión extranjera, ya que los inversionistas y las empresas necesitan reglas claras y estables para operar y tomar decisiones comerciales, debido a que, al existir un sistema legal con leyes inciertas o que cambian constantemente, se crea un ambiente de inseguridad que desalienta la inversión extranjera y perjudica el crecimiento económico.
La certeza jurídica contribuye a la eficiencia del sistema legal porque al reducirse la incertidumbre y el litigio innecesario minimizando los desacuerdos y conflictos legales que muchas veces surgen por la existencia de leyes que no se aplican, por lo que es importante que un Estado cuente con leyes claras, para generar que los tribunales de justicia se centren en casos genuinos y relevantes, lo que producirá ahorro de tiempo y de recursos tanto para los litigantes como para el sistema judicial en general.
Es por ello que debe existir claridad legislativa al momento de redactar las leyes, es decir, las mismas deben elaborarse de manera clara y precisa, evitando ambigüedades y contradicciones, las normas legales deben ser comprensibles para las personas a las que se aplican, incluyendo a los ciudadanos comunes y a los profesionales del derecho, por lo que las leyes deben ser coherentes entre sí y consistentes en su aplicación y los tribunales de justicia como órganos encargados de hacer cumplir las leyes deben interpretar y aplicar las normas de manera uniforme para evitar resultados contradictorios.
En conclusión, la certeza jurídica es esencial para garantizar la justicia, proteger los derechos individuales y promover el desarrollo económico. Un sistema legal que promueva la certeza jurídica brinda estabilidad y confianza a los ciudadanos, empresas e inversionistas extranjeros, por lo que, para lograr la certeza jurídica, es necesario contar con leyes claras, coherentes y predecibles, así como con una aplicación uniforme de las normas.
Carlos Franco
Asociado
Guatemala